¡SOCORRO, HAY UN PADRE DE UN ADOLESCENTE EN CASA!
COACHING PARA PADRES
La
verdad es que muchos hogares se han convertido en un campo de batalla debido a
la independencia que los adolescentes están buscando. Muchos de ellos hablan de
sus padres como si estuvieran refiriéndose a seres desagradables que les hacen
la vida imposible.
Lo cierto es que la mayoría de veces los padres actúan
en base al amor que le tienen a sus hijos, a veces acertarán y otras veces
cometerán errores. Además hay que tener en cuenta que los padres de un
adolescente generalmente tienen una edad que también está asociada a una serie
de cambios y crisis.¡ Y vaya que sí es un reto tener que lidiar al mismo tiempo
con los cambios propios de su edad y con
los cambios de sus hijos!
Desde mi punto de vista como hija, sugiero que los
padres tengan en cuenta 3 aspectos:
- Saber que no pierden autoridad ante sus hijos cuando buscan entrar en su mundo y comprenderlo. Esto los ayudará a construir una buena relación y comunicación con sus hijos.
- Los hijos adolescentes también tienen buenas ideas que aportar.
- “¡Déjenme opinar!” es el clamor de miles de adolescentes.
Un día una adolescente se me acercó llorando porque
había tenido un problema con sus padres. Comencé a aconsejarla, pero ella no
paraba de llorar y me contó lo sucedido en casa. Hasta que en un momento dijo “¡Pero tú no conoces a mis padres! ¡Ellos
son unos monstruos!... esa era la imagen que había quedado grabada en su
corazón. Cuando los padres utilizan mal su autoridad, no
escuchan e imparten disciplina sin dar explicaciones, lo único que están
haciendo es poner un muro entre sus hijos y ellos, y el tema empeora si
recurren a los gritos para resolver el problema.
Los
padres siempre mencionan saber escuchar…pero realmente ¿saben escuchar?
La adolescencia es una edad en donde los chicos/as quieren
tener la oportunidad de opinar, refutar y manifestar lo que piensan y sienten.
A continuación les mostraré un fragmento del libro “El
Clamor de los Jóvenes” de Timothy Smith
(libro que les recomiendo). El autor menciona 7 clamores o pedidos de los
jóvenes de hoy.
Es importante mencionar que estos 7 clamores han
podido ser identificados a partir de un estudio realizado con más de 1,000
jóvenes a nivel mundial:
- Clamor por confianza: Los jóvenes son bastante ambiciosos para tener
éxito, pero están confundidos acerca del significado, propósito y
dirección de la vida. Necesitan guías confiables que conozcan el camino y
crean en ellos.
- Clamor por amor: Los adolescentes se sienten amados cuando los
abrazos y las palabras van acompañados del tiempo y del apoyo que sus
padres les dedican.
- Clamor por seguridad: Los adolescentes sienten miedo de vivir en una
cultura que no los protege, que los apura en entrar a la adultez y que no les da aquellas herramientas
y recursos que necesitan para manejar los problemas de la adultez.
- Clamor por un propósito: Cuando los adolescentes sienten que su vida tiene
propósito, es decir, un para qué; se sienten más capaces y preparados para
ocuparse de las demandas de la adolescencia.
- Clamor por ser escuchados: La mayoría de los adolescentes desearían tener
una conversación seria con un adulto que se preocupe por ellos, ellos anhelan
compartir sus opiniones y buscan adultos compasivos con quienes
relacionarse.
- Clamor por ser apreciados: Los adolescentes anhelan ser considerados más
importantes que otras cosas y prioridades en la vida de sus padres.
- Clamor por ser apoyados: Los jóvenes se sienten apoyados cuando sus
padres los hacen partícipes en la toma de decisiones que los involucra.
Hay algo en los jóvenes que lleva a sus padres a
pensar continuamente que han fracasado en su labor como buenos padres. El modo en que los padres tratan a sus hijos tiene
consecuencias profundas y duraderas en la vida emocional de ellos. Como padre,
siempre tenga presente que la vida familiar es la primera escuela de
aprendizaje emocional y las más importante que tenemos.
Al educar y criar a sus hijos, los padres siguen
algunos patrones de comportamiento que luego los hijos pueden terminar
repitiendo al formar sus propias familias y al ejercer la paternidad.
Algunos de estos patrones son:
- Padres que ignoran
habitualmente los sentimientos de sus hijos por considerarlos de poca
importancia.
- Padres de carácter
autoritario.
- Padres muy críticos o
desaprobadores.
- Padres inmaduros e
imprevisibles.
- Padres indiferentes.
Muchos padres de adolescentes se quejan de que sus
hijos son muy herméticos y poco comunicativos con ellos. Estos padres
generalmente buscan “sacarles las palabras con cucharita” y entran en un tipo
de interrogatorio cuando conversan con sus hijos. Al hacerlo lo único que
consiguen es que sus hijos se cierren más y se alejen. Creo que los padres
podrían ganarse la confianza de sus hijos e incluso terminar siendo sus confidentes
si es que en el día a día empiezan a tomar más en cuenta los sentimientos y las
opiniones de sus hijos, y les demuestran comprensión (sin juzgarlos) aún en
aquellos casos en que puedan estar en desacuerdo. La disciplina y la formación
de los hijos siempre debe estar fundada en el amor y en la construcción de
puentes afectivos entre ambas generaciones.
Gabriela Chávez Verme.
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